Reflexión en torno a la Sociedad de la Información.

Contexto

La Sociedad de la Información es un fenómeno que nos involucra en todas las dimensiones, a unos más que a otros, así como lo ha hecho las diferentes revoluciones o cambios del devenir humano. En este sentido es referente obligado mencionar los grandes cambios o revoluciones, como lo plantea Jordi Adell: el lenguaje, la escritura, la aparición de la imprenta y, por último, los medios electrónicos y la digitalización. Los cambios asociados a los tres primeros momentos fueron relativamente lentos a la luz de la actualidad, sin dejar se ser increíblemente influyentes y determinantes, no podríamos concebir el mundo sin alguno de ellos. Sin embargo, las trasformaciones asociadas a la última revolución han sido vertiginosas, dinámicas y diversas, como lo evidencia Castells en la siguiente apreciación: “rupturas tecnológicas han tenido lugar en las dos últimas décadas del siglo veinte en materiales avanzados, en fuentes de energía, en aplicaciones médicas, en técnicas de manufactura (existentes o potenciales, como la nanotecnología), y en la tecnología de la transportación, entre otras”. ¿Pero cuál es el punto nodal de esta cambios? “El núcleo de la transformación que estamos experimentando en la revolución actual refiere a las tecnologías del procesamiento y comunicación de la información”. (Manuel Castells. La Era de la información). En este sentido, el fundamento de la era actual es el manejo, procesamiento y utilización de la información, a través de las TICs.

Como lo plantean diversos autores, nunca antes se había visto tal afluencia de información y posibilidad de manipulación de la mismas, aplicadas a propósitos positivos y loables, como la cura a determinadas enfermedades y la extensión del alfabetismo, pero también a fenómenos con formas negativas y violentas de la sociedad, como lo afirma Castells: “De forma simultánea, las actividades delictivas y las organizaciones mafiosas del mundo también se han hecho globales e informacionales,… junto con toda forma de comercio ilícito demandada por nuestras sociedades”. Dos ejemplos cercanos son, la expansión de las Maras, las cuales han extendido sus redes mafiosas a la mayoría de países centroamericano, los cuales utilizan los elementos que ofrece la sociedad de la información (software, teléfonos satelitales, redes informáticas, computadores…..) para transmitir y expandir sus códigos de conducta. De igual forma, la guerrilla y el paramilitarismo en Colombia están utilizando la TICs para consolidar su poder, de tal forma que los computadores y sus redes son el eje de información de estos grupos.

En definitiva, la sociedad de la información permite el desarrollo y desenvolvimiento de mundo globalizado, sometido a una permanente interconectividad, en donde las barreras nacionales y culturales se han sobrepasado, y en el cual las competencias de las personas se deben orientar a aprender a discriminar la información, a desplazarse efectivamente por la red, a utilizar información simultánea, entre otras.

La sociedad de la información y las TICs en la cotidianidad

La revolución tecnológica ha infiltrado todas las esferas de nuestras vidas. En el ámbito familiar es imposible concebir las actividades escolares sin el apoyo de las computadoras y la red; para los espacios de diversión se ha convertido en una herramienta que sirve para ocupar el ocio, por mencionar dos aspectos. Somos dependientes del celular, del portátil, de lo digital, de la red.
En las actividades relacionadas con el mundo laboral su integración ha sido trascendental para el ahorro en tiempos y costos. Directamente en la labor que me ocupa varios aspectos permiten evidenciar esta afirmación:
- Hace doce años el proceso de corrección de un original de autor se realizaba manualmente y luego se pasaba a otra persona que incorporaba esos cambios. En la actualidad, la edición se hace de forma electrónica, apoyada en los beneficios que ofrece correctores de texto incorporados a los programas, de forma más rápida y dinámica. Los mismos correctores de estilo que hacían su trabajo sobre el papel, ahora lo realizan en la pantalla del computador. Las personas trabajan desde sus hogares, manejan su tiempo y reducen los costos labores para una empresa. Sin embargo, cabe analizar si estas condiciones han mejorado la calidad de vida de las personas, o ha implicado mayor trabajo por menos ingresos.
- Las ilustraciones se elaboraban manualmente. Actualmente se cuenta con programas que logran estructurar infografías o ilustraciones de forma creativa y con mejores resultados en cuanto a color y composición. Además, mucho más rápido.
- El montaje de los libros se realizaba con la técnica de la fotomecánica. Era un trabajo manual, demorado y dispendioso. Paulatinamente, los programas de diseño generaron la posibilidad de armar las páginas electrónicamente y el escáner la digitalización de imágenes. Todo esto puesto en un archivo pdf que se va al impresor, quien lo ingresa a un programa, le da una orden para que electrónicamente genere los pliegos de impresión. Menos tiempo, menos costos.

¿Quiénes son participes de la sociedad de la información?

El cuestionamiento que surge es ¿quiénes realmente están siendo partícipes de los cambios tecnológicos y sus posibles bondades y desafíos? La tecnología logrará lo que plantea tan utópicamente y en ocasiones ingenua, la cumbre Mundial de la Sociedad de la información, donde se planteó como “deseo y compromiso comunes las construcción de una sociedad de la información centrada en la persona, incluyente y orientada al desarrollo, en la que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento” y que esto ayudará a la vez a eliminar la pobreza, el hambre, el analfabetismo, reducirá la mortalidad y logrará la paz.

Los datos de los informes de Desarrollo humano, dejan entrever que realmente la brecha entre ricos y pobres ha aumentado, y en los países de la periferia es mayor. Existen cada vez más pobres asociados a problemas políticos, culturales y religiosos. En esta dinámica, los países sometidos a conflictos de cualquier índole no cuentan con la infraestructura y el poder económico para invertir en tecnología, situación que implica su rezagado cada vez mayor del mundo tecnológico y virtual.

De igual forma, es latente los intereses de quiénes participan de los avances tecnológicos, como lo deja ver Levis cuando nos recuerda que: “en los documentos de la Unión europea aparecen cada vez con mayor claridad los intereses económico-empresariales que se esconden en el modelo de Sociedad de la Información al que aspiran los principales organismos e instituciones multilaterales, cuyos verdaderos rasgos no se terminan de expresar“ Estas instituciones u organismos dan prioridad a sus intereses económicos y búsqueda de poder, y no a superar los problemas de conectividad o integración a la sociedad de la información de grupos rezagados.

En lo educativo

En este punto, el análisis es particular, pues los rezagos al mundo digital es latente, especialmente en países de la periferia, y en los sectores menos favorecidos. En muchos centros educativos se observa el afán de integrar a sus docentes a la sociedad tecnológica, simplemente con programas de aplicación de la herramienta, pero sin elementos reales para la creación y manejo mismo de la información. En este sentido, no se orienta a que la tecnología logre en los individuos lo que plantea Castells en su texto de la ciudad informacional: “…la tecnología informacional abre ilimitados horizontes de creatividad y comunicación, invitándonos a la exploración de nuevos campos de la experiencia, desde nuestro propio ser interior hasta el universo exterior..”
Lo que se observa es la exclusión, pues la distancia de oportunidades entre los niños y jóvenes que tienen oportunidad de acceder a las TICs de una forma conciente y analítica, con relación a los que lo hacen de forma mecánica y qué decir con los que no pueden ni acceder a ellas, está creciendo.

El reto al que estamos expuestos todos los ámbitos atomizados por la Sociedad de la Información (escuela, jóvenes, padres y textos escolares) es enorme. Es indudable que se debe reconfigurar la escuela, sus modos de trabajo, de tal manera que se creen espacios para que el alumno y el docente accedan de forma real y contundente a una sociedad que ya no da marcha atrás.

Para esto, deben existir compromisos personales, institucionales y estatales. Personales en el sentido de discernir cuál es mi papel como docente en la sociedad de la información; institucional en la promoción de formación integral en los docentes y estatal para buscar mecanismos que cierren las brechas infocomunicacionales. De igual manera, las editoriales que ofrecen los textos escolares y diversas herramientas para el trabajo en el aula, también deben dinamizarse para ofrecer contenidos o estrategias acordes a las necesidades reales pues, como lo afirma Gros “El conocimiento se transmitía a partir del lenguaje y los textos escritos. Actualmente las fuentes del conocimiento son mucho más variadas y el acceso a la información es mucho más rápido y descentralizado”. La pregunta es ¿qué deben, entonces, ofrecer los nuevos materiales? Esto es todo un reto.

Realmente, queda mucho por reflexionar y abordar y considero que lo seguiremos haciendo a lo largo del curso.